viernes, diciembre 28, 2007


Visiones de color rojo y púrpura perseguía lentamente,

el sabor dulce le mareó el corazón

y el olor a jazmin la hizo perderse para siempre....
Sofía no vuelve, alguien y algo ya la encontró.


domingo, noviembre 18, 2007

EXORCISMO

Siempre existe y existirá un motivo para celebrar. Para muchos, celebración en sinónimo de alegría, para otros es sinónimo de euforia y profundo dolor.

Los preparativos son mundanos y aquí radica el incentivo, convertido por supuesto en atractivo, para salir y mezclarse con otros olores de humanidad.

El recorrido siempre es largo, la ansiedad de querer encontrar lo que se ha perdido o lo desconocido, termina acelerando las palpitaciones y dilatando las pupilas.

La introducción siempre es un accidente. De la nada es una persona y al instante ya son más de tres.

Con las pupilas ya dilatadas y las piernas con voluntad propia, el color de un ambiente lleno de pasiones hace perder los espíritus y juntar corazones que nunca serán menos pobres que el mío.

El dolor vago que se siente momentos antes de la euforia, pasa al pecho y se convierte en un guía autista que mutila el derecho de poder - me reconocer.

En búsqueda de la cura, el cuerpo siempre se dirige hacia el centro, a lo que considera multitud, a un centro triangular, protegido por otros. Aquí el dolor se hace más fuerte, se sitúa en el cuello y los hombros, obliga a cerrar los ojos, mover la cabeza de un lado hacia otro, buscar otras manos y otros brazos para así no conformarse con mirar el entorno y conseguir un calmante temporal.

El triángulo es impenetrable; pero cuando la voluntad lo permite y el primer episodio ha terminado, aquel a quien se acaba de conocer recibirá camaradería; un amigo, cariño; el desconocido, indiferencia y para aquel a quien le queda fácil acceder y tiene toda la atención, siempre estará placenteramente invitado a vivir una y muchas fiestas con dolor.

lunes, octubre 08, 2007



Atlantia, cansada de buscar al mago, dio marcha atrás por el camino recorrido,
recogió, con precaución, todo el polvo de estrella que había dejado como pistas para el mago, barrió los pocos pasos que dio en la tierra,
tomó de la mano a una tortuga que encontró cargando un caparazón de armadillo,
voló tan alto, tan alto, y dejó caer su bolsita llena de lágrimas... en ese momento, alguien menciónó su nombre.

Atlantia, que siempre tiene voces en su cabeza, pensó que nuevamente estaban jugando con ella; pero no, esta vez no.

Bajó y se encontró con los ojos del mago.
El mago, ya no tenía color,
su capita azul estaba descolorida,
sus gafitas, algo estropeadas,
y lo peor, sus manos, como su magia, ya no funcionaban; pero no funcionaban sólo con Atlantia.

Detrás del mago, la tortuga logró ver un armadillo,
tuvo tanto miedo que Atlantia la tuvo que invisibilizar.

El mago preguntó a Atlantia dónde había estado todo este tiempo, nunca se dio cuenta que lo había estado buscando, esperando,
trató de hacer hechizos de la verdad que se quiere oir, de la admiración;
pero no logró nada. Atlantia dijo su verdad y el mago se rió.

Luego de una horas, tal vez, al mago le apareció una aprendiz.
Era hermosa, tenía luz alrededor de su manos y sus pies eran tan delicados como las alitas de Atlantia.

Ella, Atlantia, la admiró y le sonrió, se dió cuenta que el mago ya tenía quien lo cuidara
y se sintió tranquila. Esa era la única forma para que Atlantia pudiera ir a buscar alguien que la quisiera cuidar, no morir por separse del mago.

Cuando se estaba despidiendo, el mago trató de engañarla,
le hizo sonrisas y caricias muy poco mágicas;
pero Atlantia, que sabía cómo era el mago,
tomó sus manos, les dio un beso y le pidió que le devolviera su corazón.

El mago quizo soltar una lagrimita; pero no era su constumbre,
entonces simplemente la miró y se fue con su aprendiz.

Mientras tanto, la tortuga aprovechó la confusión y recuperó su caparazón abrazando y bensado al armadillo, de qué otra forma lo habría logrado. Ella sí se fue con el armadillo y hasta hoy toman café los dos.

Atlantia, esparció polvo de estrellas sobre el mago y la aprendiz, le devolvió el color a la capita del mago, restauró sus gafitas, sanó sus manos e iluminó sus ojos.

Cuando dió la vuelta... se tropezó con alguien, que hasta el momento, yo no conozco; pero muchos dicen que se les ve jugando con los relámpagos y descansando en los humedales.
Yo creo que Atlantia a pesar de no recuperar su corazón, lo pudo crear de nuevo, porque muchos otros ahora ven sus ojitos brillar como el sol.

jueves, septiembre 20, 2007


"Cuando me muera y me tengan que enterrar,

quiero que sea con una de tus fotografias,

para que no me de miedo estar abajo,

para que no se me olvide como es tu cara,

para imaginar que estoy contigo,

y sentirme un poquito vivo.


Esta enfermedad es incurable,

esta enfermedad ni con un valium... ­No!


Cuando me muera y me tengan que enterrar,

quiero que sea con dulces y no con piedras,

por si alguna vez me buscas, estare eternamente lejos,

como para darte solo flores,

te guardare mil estrellas."

lunes, agosto 20, 2007

RETRATO


Las señales son claras, siempre son buenos mensajes.

Cuando te tienes que ir... cuando quieres que se vayan... ASÍ SERÁ



Mirala.

Mirala¡¡¡¡¡

Mírala cuando la estés abrazando, cuando le estés dando un beso.

Puedes hacerlo y luego cerrar los ojos y volverlos a abrir hasta que ella quiera irse.

Si tú y los demás pueden darse cuenta... lleva puesta una faldita blanca y un camisita de tiritas rosada, pálida, tanto como el tono de su cara.

No lleva zapatos, en su lugar, los pies negros, con intensas manchas en la planta de los pies.

Ha caminado tanto y ha sentido tan poco durante su viaje...

Yo sé que ni tú, ni los demás se darán cuenta.

Le darás un beso y un abrazo y así lo harán los demás y la dejarán pasar, la dejarán ir.

Muy poco cansada, se sentará en una silla de metal, cruzará sus piernas, se soltará el pelo y se tomará un té que tenía guardado hace seis, tal vez más, años atrás y dejará de buscar.

Pasan y pasan tú y los demás. Ella los deja pasar. A cada uno le da un regalo, algunos le dan algo a cambio; pero con el tiempo, un año, tal vez dos, tal vez más, se lo quitarán.

Finalmente, sentada, por fin muy cansada de dar, llega otro tú y otros demás. Deslumbrados, limpian sus pies, le ponen un sombrero japonés y no se van.

La miran cuando la abrazan, cuando le dan un beso. Cierran los ojos y los abren y los vuelven a cerrar, y ella, de ellos, no quiso irse jamás y ellos, de ella, parece que ahora, tampoco lo harán.


jueves, julio 05, 2007

5 X 2


1. El que abre una puerta o entra primero, siempre, siempre puede, mucho más fácil, cerrar la misma puerta o salir primero.
2. El que se queda dentro, siempre, siempre se quedará en el mismo lugar.
3. Muchas oportunidades dadas, muchas desaprovechadas. Tarde para retomar.
4. Sí, no es una afirmación. Es verdad, existe la mágica y correcta respuesta C.
5. La permisividad y muchas veces la "sinceridad" producen deterioro y desconfianza.
6. Todo lo que comienza mal, termina mal. Pero no todo lo que comienza bien, termina bien.
7. No estar en momentos importantes, sí es importante. Así se crean las taras.
8. Salir de paseo solo, es una oportunidad.
9. No todo pasa porque tiene que pasar, se puede tomar otro camino.
10. Siempre hay alguien esperando la oportunidad. No descuide sus corazones personales.

domingo, junio 03, 2007

EL PAIS DE NUNCA JAMÁS


... Campanita le contó a Madre Paloma algunas de las aventuras que había compartido con Peter Pan y sobre la amistad entre los dos. Relató cómo Peter solía contarle chistes y compartir sus ideas y lo mucho que ella había admirado y gozado con ambas cosas. Le había encantado todo con desmesura, locamente. Sí, locamente.


Y por supuesto, Peter no había correspondido del mismo modo, no había pagado con la misma moneda...


-Tenía el pelo tan suave... - había dicho - , que solía recostar mi cabeza en la suya sólo para sentirlo.

¡Y su nariz! Podía darme cuenta de si estaba sonriendo con sólo mirarle la nariz...


-Aquel primer día , después de que lo salvé de las fauses del tiburón, lo llevé a que conociera mi taller. Le mostré todo. Incluso reparé una cazuela en su presencia.


Las lágrimas empezaron a correr por las mejillas de Campanita. El asunto bien hubiera podido ocurrir ayer; tanto era su dolor. ..


- Una vez que terminé de reparar la cazuela, lo único que dijo fue "Qué brillante fui al escoger a las mejor de las hadas". (Veintiuno, págs 162 - 164)


Desde que Campanita había contado lo de Peter, se venía sintiendo rara, distinta. Sentía sus extremidades ligeras, su pecho más abierto, su mente extraordinariamente aguda. Llegó incluso a recordar muchas más historias con Peter Pan, anécdotas graciosas... (Veintiuno, págs 170)


Levine, Gail Carson, El País de Nunca Jamás y el Secreto de las Hadas.


viernes, junio 01, 2007

EN LA HABANA SALE UN BARCO CARGADO DE...



En La Habana el sol se oculta a partir de las ocho de la noche y vuelve a salir a las siete y 30 de la mañana. Los primeros días La Habana parece no tener ningún olor significativo penetrante, aunque en pocas ocasiones aparecen aromas de tabaco mezclados con frutabomba y en otras ocasiones aparece un olor a gasolina. Siete días después las camisas, las manos y las rodillas se impregnan de un olor a tabaco y daiquiri y los ojos comienzan a tener alucinaciones en colores amarillo y ladrillo. De vez en cuando aparecen luces de flash. A la hora de dormir, los sueños están siempre evocando los años 50.

Como otras ciudades del mundo, La Habana se convierte en las noches en la Torre de Babel, la única expresión universal es la del “coqueteo”.

También, siete días después de estar en La Habana, los sentidos se vuelven más exquisitos: los sabores siempre serán dulces, la temperatura siempre será caliente, los hombros siempre serán para compartir con otros hombros, los pies adquieren vida propia.

En las noches de La Habana, los cuerpos sienten pulsiones y terminan todos confluyendo en la plaza de la Catedral, el letargo tiene una duración de ocho a nueve de la noche, cuando el cañozano hace parpadear tres veces y deja un leve zumbido por dos minutos. Luego, vuelven las pulsiones, las ordenes de daiquiris, piñas coladas y mojitos, combinado esto con el olor a tabaco, producen más alucinaciones. Si estás sentado mirando hacia la Catedral, de un momento a otro tus pies te han llevado frente a los ojos de Bárbara, una bruja que sabe leer los naipes; pero no los caracoles. Como buena bruja, Bárbara no dice nada, te mira, no dice nada y tal como me lo contó el personaje que incrementa mis inseguridades, tiene rasgos fálicos: nariz y uñas. Además es quisquillosa, ordena su pequeño territorio: en el centro la virgen por la que tiene su nombre vestida de rojo, al lado derecho un naipe español y unas fotos de calendario de ella misma; al lado izquierdo un tabaco gigante y una bolsita marrón con un lacito negro. En esta oportunidad, no fue necesario tener cerca granos de maíz, mi intención no era enfrentarla, ni tampoco consultarla para simplificar mi vida.

A las siete y 30 de la mañana las cortinas donde duermo están bien cerradas, duermo sola y ningún tipo de luz se cuela. Las horas del día son las horas del encierro, de la meditación.

De un tiempo para acá, el tiempo no me importa; pero tengo urgencia; la noche es más atractiva y el día es una amenaza. El personaje de mis inseguridades cuenta que aquellos a quienes no les importa el día; pero tienen urgencia de continuar siendo inmortales, son los vampiros. Para él, los vampiros son encantadores, se presentan impecablemente vestidos, siempre llevan escondido un espejo, eso llama la atención de sus víctimas, sonríen y tratan de parecer interesantes: hablan poco, sólo cuando es necesario, no lo hacen de su vida, ni la de los demás, teorizan, o eso creen ellos.

En La Habana los comportamientos erráticos son habituales, tal vez ese es la razón de mi encanto por La Habana: pasar del llanto a la felicidad en dos horas es normal, no es perceptible, se convierte en admirable y atrayente. El día significa depresión y la noche euforia. La compañía, la que sea, es estorbo y cariño.

La vida en La Habana para muchos, es una vida nocturna. En La Habana las decisiones pasadas pesan y alcanzan a tener nombre y significado. Alguna vez, algunas noches pasadas, comencé a frecuentar a un vampiro, sin saberlo. Era paciente, no tenia urgencia; ahora entiendo que sin embargo necesitaba de mí. La única noche que lo deje dormir a mi lado desapareció. Tres meses de insomnio, dos años de costumbre nocturna y ahora en La Habana sé que me ha contagiado y a su vez, sin darme cuenta, contagié a dos o tres más, a uno de ellos en La Habana.

PRECAUCIÓN: miles de vampiros saldrán hacia diferentes lugares desde La Habana a partir del mes de junio. Si usted no quiere ser uno de ellos tenga cuidado, no permita hacerse de un buen amigo nocturno, no lo invite a sus espacios, no sea solidario prohíbale quedarse en su casa, dormir en su cama. Ésta es la mejor forma de evitarlo. Ahora, si lo que quiere es eliminarlo, déle su confianza; pero haga que le cueste, espere unos cuantos años y saque provecho de la situación. Cuando ya este aburrido de tener cerca al espécimen toda la noche mirando y husmeando, invítelo a su casa, a dormir junto a usted, simule que cierra bien las cortinas; pero deje un pedacito muy pequeño para que al día siguiente entre por ahí la luz… al otro día, usted no se acordará de nada.

domingo, abril 29, 2007




Esta tarde me encontré con Sofía. Estaba sentada en un banquito gris, puesto justo en la mitad de dos bongas. No me habría dado cuenta de su presencia, si las bongas no hubieran llamado mi atención.

Sofía estaba sentada de forma particular, siempre se sienta con los pies en la tierra, o simula que lo hace. Ésta vez tenía sus dos piernas sobre el banquito y sus brazos abrazaban sus rodillas y se balanceaba como un péndulo. Tenía puestos unos jeans de florecitas y una camisita negra, larga, con un lacito del mismo color más abajo de la cintura. Mis amigos pensaron que se veía sexy (su posición vulnerable, creo que la hizo sexy ante los ojos de mis amigos).

Fui a saludarla y cuando me acerqué a hacerlo, vi dos canas en su pelo, 28 pecas más y tres cicatrices en los brazos y dos en el cuello que le había hecho su gato. Le avisé de sus canas reiéndo y ella respondió saludando y diciendo que las dos canas le habían salido durante los últimos seis años; pero que se habían escondido hasta hoy. Una, significaba el inicio y otra, por supuesto, el final, que para ella, hasta ese día se había dado cuenta que había sido el mejor final.

Sofía pasaba por una de sus crisis, yo nunca había visto una tan depresiva y nunca le había tocado padecerla en la calle, expuesta, sóla; pero con curiosos a su alrededor.

Decidí quedarme con ella y esperar a que apareciera ese polo eufórico que le viene después de la depresión. Despedí a mis amigos, quienes saludaron, se presentaron, se despidieron y uno de ellos, es secreto, me dijo que quería salir con ella.

A Sofía nunca le había preocupado su edad, nunca le había preocupado la vejez. Evitaba pensar en su muerte o en la de las personas que amaba, evitaba pensar en la vejez, en la invalidez, en la incapacidad. Lo que sí hacía Sofía era esperar todo un año el día de su cumpleaños, inventar fiestas temáticas, esto en los últimos ocho meses, para celebrar felices no cumpleaños. También se burlaba de aquellos que pasaban los umbrales de la edad y comenzaban procesos de rejuvenecimiento o se quitaban años. Finalmente, a pesar de no pensar en la muerte, cualquier dolor de cabeza, bolita detrás de la oreja, zumbido en el oído, tos o dolor en el pecho, lo relacionaba con tumores cerebrales, quistes, tinnitus, tuberculosis o cáncer.

Yo, ya llevaba 15 minutos hablando sóla, mientras Sofía, mirándome, no me oía. Hablé de su cumpleaños y del mío, a los que había asistido y a los que no, de los novios pasados y los que volvieron, de la felicidad de no tener que ser fiel a nadie, no tener compromiso, no generar lazos, de los paseos a Koralia, el Sisga, los conciertos de La Oreja, Kinky, La 33, Bajo Fondo y los próximos planes. Pero Sofía sólo me miraba, no decía nada y Sofía siempre tiene algo que decir o cantar o silbar (éso lo aprendió cuando vivió sola).

Cuando no tenía nada más que decir. Sofía se puso de pie, sus piernas se habían dormido y me dijo "no quiero morirme sola". Cómo, qué había oído, Sofía estaba pensando en la muerte y en que no quería estar sola?. Sofía siempre había pensado que iba a vivir hasta los 35 años y ahora le preocupaban los 55?

Sí, Sofía había ido a cine sola. Delante de ella dos mujeres y un hombre. Uno de 56 años, aproximadamente y las otras dos de 60 cada una. Los había oído hablar y sólo con eso comenzó a pensar quiénes serían, a esa edad, sus compañeros. Quién sería la mujer del medio y quién sería su amigo del extremo. Pensó y no encontró a nadie, Sofía crea lazos fuertes, convoca; pero también cierra círculos y los bota. Sofía no hace verdaderos amigos fácil, al principio pasa por prepotente. Yo puede decirle que estaría allí; pero no habría sido verdad, creo.
45 minutos pasaron y Sofía ya estaba otra vez felíz. Mañana sale hacia Praga, hizo una cita con su amigo en Don Pedro, él la va a llevar donde un anciano, esto es paradójico, que según él, es el último alquimista... Quisiera saber qué puede hacer por Sofía?

La tarde terminó con Sofía tratando de tomar una buena foto del arcoiris.




viernes, abril 13, 2007

POR RICARDO... FRIEDIRCH HÖLDERLIN

A LAS PARCAS
Dadme un estío más, oh poderosas,
y un otoño, que avive mis canciones,
y así, mi corazón, del dulce juegosaciado, morirá gustosamente.
El alma, que en el mundo vuestra ley
divina no gozó, pene en el Orco;
mas si la gracia que ambiciono logrami corazón,
si vives, poesía,
¡sé bien venido, mundo de las sombras!
Feliz estoy, así no me acompañenlos sones de mi lira,
pues por fincomo los dioses vivo, y más no anhelo.
Versión de Otto de Greiff

LA DESPEDIDA
¿Queríamos separarnos?
¿Era lo justo y lo sabio?
¿Por qué nos asustaría la decisión como si fuéramos a cometer un crimen?
¡Ah! poco nos conocemos,pues un dios manda en nosotros.
¿Traicionar a ese dios?
¿Al que primero nos infundió el sentido y nos infundió la vida, al animador,al genio tutelar de nuestro amor?Eso, eso yo no lo hubiera permitido.
Pero el mundo se inventa otra carencia,otro deber de honor, otro derecho, y la costumbre nos va gastando el almadía tras día disimuladamente.
Bien sabía yo que como el miedo monstruoso y arraigadose para a los dioses y a los hombres,
el corazón de los amantes, para expiarlo,debe ofrendar su sangre y perecer.
¡Déjame callar!
Y desde ahora, nunca me obligues a contemplareste suplicio, a
sí podré marchar en pazhacia la soledad,
¡y que este adiós aún nos penenezca!
Ofréceme tú misma el cáliz, beba yo tanto del sagrado filtro,
tanto contigo de la poción letea,que lo olvidemos todoamor y odio!
Yo partiré. ¡Tal vez dentro de mucho tiempovuelva a verte, Diotima!
Pero el deseo ya se habrá desangrado entonces, y apaciblesc omo bienaventurados nos pasearemos, forasteros, el uno cerca al otro conversando,divagando, soñando, hasta que este mismo paraje del adiós
rescate nuestras almas del olvido y dé calor a nuestro corazón.
Entonces volveré a mirarte sorprendido, escuchando como otrora el dulce canto, las voces, los acordes del laúd,y más allá del arroyo la azucena doradaexhalará hacia nosotros su fragancia.
Versión de Helena Araújo

viernes, marzo 23, 2007

TE VOY A ESCRIBIR LA HISTORIA MÁS BONITA DEL MUNDO


El día que nació Juan se creó el cuerpo de la Guardia Civil por Real Decreto de Isabel II. También Marconi estableció la comunicación radiotelegráfica entre las dos orillas del Canal de la Mancha. El Parlamento alemán confirió poderes dictatoriales a Hitler. Y la Universidad Complutense de Madrid cerró los institutos de estudios internacionales creados por Gustavo Villapalos. Ese mismo día nacieron Aristid Brian, Rudolf Serkin, Mario Vargas Llosa y murieron Pertinax, Músorgski y Virgina Wolf. El día que nació Juan yo sabía que sería un buen mago.

La vida de Juan en la escuela de magia siempre fue bonita. Él siempre supo ganarse a sus maestros y siempre tuvo amigos. Su primer día llegó con los ojitos más grandes que de costumbre y con lucesitas verdes y amarillas reflejadas en sus anteojos. Su nariz, pequeña y redonda, era rojita sin estar padeciendo gripa. Y sus manos, sus manos eran realmente mágicas, le decían quién eras, qué era, a dónde irías, con quién irías sólo con ponerlas sobre ti. Con sus manos podía ver el alma y de paso, para los que lo necesitaran, sanar el corazón. Su corazón?, su corazón era como el de cualquier otro, se arrugaba cuando estaba triste y latía más rápido cuando estaba feliz.

Al pasar la puerta de la escuela lo recibió su maestra, le puso una capa blanca, una tiara y se fue. Juan quedó a la espera, le hacía falta una varita, con el tiempo entendió que la varita no era necesaria para los hechiceros.

Su primera noche la pasó en vela, pensando y preocupado por su origen, Juan siempre pensaba y se preocupaba. Tendré algún parentesco con Merlín? Por su puesto que lo tenía, no por haber sido engendrado por Asmodeo; sino porque con el tiempo se convirtió en uno de los magos más poderosos de la historia (contando, para mí, a Gustavo Lorgia). Esa primera noche y para toda su vida lo acompañó un fatum - dríade, tal vez producto de su imaginación o tal vez, tenía unas alas azules, grandes para volar, para ser libre; pero a pesar de sus alas, nunca quiso volar lejos de él. Su hada, creo yo, se llamaba Atlantia, vivía en un árbol y como es costumbre, desde su nacimiento se conectó a él. Por eso cuando Juan murió, Atlantia y su árbol murieron también. Pero esa es otra historia.

Juan el mago aprendió primero a hacer sortilegios y luego encantamientos. Nunca le gustaron estos últimos y la verdad, nunca los usó. Su primer hechizo lo usó para sí mismo: logró ver más allá de lo que veían los demás.

Al salir de la escuela de magia junto a Atlantia, que tratando de seguir los hechizos de Juan pasó tres días con hipo, Juan puso un pie fuera y 725 mariposas entraron por su boca y se quedaron en su estómago (de ahí “las mariposas en el estómago”). Pasó días y muchas noches caminando, pensando, ya no preocupado, creciendo. Sus noches fueron para los amigos, sus días fuero para él.

Juan un día quiso jugar con su corazón, lo sacó, tenía pegada una mariposa azul. Era un corazón rojo, sano, latía tan rápido que no podía contar sus movimientos. Sus amigos querían ese corazón y entonces él lo partió y lo repartió. Lo que quedó se lo comió.

Juan un día quiso dormir más temprano, estaba cansado, necesitaba completo su corazón. Los amigos herederos de su corazón, juntaron los pedacitos que les había regalado y así Juan despertó, respiró y se quedó unos siglos más caminando por este y otros lugares. No se confundan por favor, esta es la historia original. La Bella Durmiente, la manzana encantada y el beso del príncipe son otra adaptación de la historia de Juan.

Anoche tuve un sueño, Juan me lo contó y yo acabo de escribirlo para ustedes.


domingo, febrero 18, 2007

MI DERECHO A DECIR...

Efectos secundarios de ir a cine.

QUIERO mi derecho a decir por qué llueve tanto o por qué hace tanto calor.

Mi derecho a decir tengo hambre depués de cinco minutos de haber dicho que no.

Mi derecho a decir no quiero ir.

Mi derecho a decir tengo frío sólo para recibir un abrazo.

Mi derecho a decir estoy ocupada o aburrida.

Mi derecho a decir quiero estar sola.

Mi derecho a decir vete ya.

Mi derecho a decir me cae bien.

Mi derecho a decir no quiero nunca más hablar de ese tema.

Mi derecho a decir "me escondes por favor?"

Mi derecho a decir me haces falta y por supuesto pedir un beso.

Mi derecho a decir no te vayas.

Mi derecho a decir me quiero ir.

Mi derecho a decir no quiero que te vayas.

Mi derecho a decir quiero un otro helado.

Mi derecho a decir no puedo.

Mi derecho a decir "tu me gustas, no me disgustas"

Mi derecho a decir quieres ir de pase0?

Mi derecho a decir déjalo.

Mi derecho a decir no quiero parchar.

Mi derecho a decir no quiero nunca más oir algo sobre ti.

Y el mejor de todos: MI DERECHO A DECIR SE ACABÓ algunos meses después. MI DERECHO A DECIR SE ACABÓ aunque ya me lo habían dicho.

sábado, enero 20, 2007

Kamakawiwo Ole' Israel

Somewhere, over the rainbow



Skies are blue And the dreams



That you dare to dream Really do come true.



If happy little bluebirds fly



Beyond the rainbow
Why, oh, why can't I?

jueves, enero 11, 2007

martes, enero 09, 2007

MI CORAZÓN



I CARRY YOUR HEART WITH ME
BY E.E. CUMMINGS
i carry your heart with me (i carry it in


my heart) i am never without it (anywhere


i go you go, my dear; and whatever is done


by only me is your doing, my darling)


i fear


no fate (for you are my fate, my sweet) i want


no world (for beautiful you are my world, my true)


and it's you are whatever a moon has always meant


and whatever a sun will always sing is you


here is the deepest secret nobody knows


(here is the root of the root and the bud of the bud


and the sky of the sky of a tree called life; which grows


higher than soul can hope or mind can hide)


and this is the wonder that's keeping the stars apart


i carry your heart (i carry it in my heart)




LLEVO TU CORAZON CONMIGO


"Llevo tu corazón conmigo


lo llevo en mi corazón


nunca estoy sin él.


A donde quiera que voy vas tu mi amor.


Y aquello que hago yo sola


es gracias a ti,mi cielo.


No le temo al destino


ya que tu eres mi destino,cariño.


No quiero ningún mundo porque hermosa


tu eres mi mundo, mi bien.


Este es el secreto más profundo que nadie conoce...


Esta es la raíz de la raíz


Y el brote del brote


y el cielo del cielo de un árbol llamado vida


que crece más alto de lo que el alma pueda esperar... o la mente ocultar


Es la maravilla que mantiene las estrellas separadas


Llevo tu corazónLo llevo en mi corazón"