viernes, abril 28, 2006

ESTO LE SUCEDIÓ A ALGUIEN EN UN DÍA TAN GRIS, TAN GRIS COMO HOY


(Historia de la vida real, medio personal)

Empezó un día par, terminado en ocho, de un mes también par, de un sólo dígito, por fortuna los número eran de todo mi agrado y confianza.

Desperté a una hora impar, porque dormir horas impares hace que el sueño se sienta mejor aprovechado.

Me vestí con un número impar de prendas, de colores rosado y verde, también colores impares.

Desayuné un jugo que vencía un día impar, en un mes impar; pero en un año par, no podia confiar en ésa fecha de vencimiento así que lo dejé olvidado en el escritorio.

Tomé un número impar de tazas de té sin ázúcar, qué pasaría si el me fumara el té?

Almorcé a una hora impar, con otro número impar de personas, sólo yo.

Traté de pensar entonces en la canción del jardín de pares e impares y salté al tema de las formas...

Siempre he logrado descubrir las formas exactas y he logrado también diferenciar los pares de los impares; hoy no, no he podido, no encuentro formas, no hago parejas de los impares y pares, sólo me puedo encontrar a mí, conmigo.

domingo, abril 02, 2006


Uno de èstos días, me desperté sin frío y muy tarde.
El sueño de la noche anterior me había dejado un poco perturbada... a la expectativa.
El olor a sauco me sacó cariñosamente de la cama, era está mi vida?. (Por lo general, tanta felicidad siempre termina en llanto)

Unas manos dulce bañaron amorosamente mi cara, me vistieron con algodón y me acaricieron la espalda.
Esas manos, me llevaron a caminar, bajo el sol, con el frío haciéndo un poco de daño, caminé con ellas o junto a ellas.

Un gnomo apareció sentadito en una gran piedra y dijo - Buenos días.
Cómo no responder?

Las manos amorosas y yo seguimos el camino que el gnomo nos indicó.
Villa de Leyva

Para entrar a una casa tan pequeña como él, me dió su mano, suave a pesar de su edad.
Contó una y dos y hasta 138 historias, todas dibujadas en pequeños pedacitos de plata.
Yo no hablaba, él sí y las manos reían hermoso.

Cuando terminó el gnomo su relato, desapareció.

Las manos que me acompañaban prometieron volver, yo claro que lo haré...

Puede que las manos vuelvan sólas, o acompañen a otra persona.
Puede que yo vuelva sóla o junto a otras manos.
Pero me encantó tener casi junto a mí, unas manos dulces y hermosas.