domingo, abril 02, 2006


Uno de èstos días, me desperté sin frío y muy tarde.
El sueño de la noche anterior me había dejado un poco perturbada... a la expectativa.
El olor a sauco me sacó cariñosamente de la cama, era está mi vida?. (Por lo general, tanta felicidad siempre termina en llanto)

Unas manos dulce bañaron amorosamente mi cara, me vistieron con algodón y me acaricieron la espalda.
Esas manos, me llevaron a caminar, bajo el sol, con el frío haciéndo un poco de daño, caminé con ellas o junto a ellas.

Un gnomo apareció sentadito en una gran piedra y dijo - Buenos días.
Cómo no responder?

Las manos amorosas y yo seguimos el camino que el gnomo nos indicó.
Villa de Leyva

Para entrar a una casa tan pequeña como él, me dió su mano, suave a pesar de su edad.
Contó una y dos y hasta 138 historias, todas dibujadas en pequeños pedacitos de plata.
Yo no hablaba, él sí y las manos reían hermoso.

Cuando terminó el gnomo su relato, desapareció.

Las manos que me acompañaban prometieron volver, yo claro que lo haré...

Puede que las manos vuelvan sólas, o acompañen a otra persona.
Puede que yo vuelva sóla o junto a otras manos.
Pero me encantó tener casi junto a mí, unas manos dulces y hermosas.

4 comentarios:

LI dijo...

Se siente la pérdida

María Paula Muñoz dijo...

Se que el camino es largo, se que tenemos que partir, pero el mañana volvera y las guitarras sonaran.
Ya se que es una canción loba y religiosa pero... Religión viene del latín religare: Volver a ligar

Anónimo dijo...

Siempre andando con la fría tibieza de anónimas manos que en medio de tus sombras encuentras amorosas. Siempre andando a tientas por tu interminable y siempre prolongado laberinto que en noches luminosas imaginas amplia autopista, gran valle verde mar.

Anónimo dijo...

Hola María Paula, esa canción me encanta, sabes cual es el título?