Siempre le he tenido miedo a los fantasmas, a los mounstruos, a las historias de terror.
Cuando era pequeña, en la noche dormía con la luz encendida y se me despertaba en la madrugada, abrazaba el oso que me decía "te quiero mucho" y me enrollaba como una horuga entre las cobijas blue.

Ahora, que juego a ser grande, no me da tanto miedo, además un gato cuida mi sueño. PERO POR QUÉ NADIE ME DIJO QUE LOS FANTASMAS TAMBIÉN PUEDEN APARECER DE DÍA?

... Esta mañana llegué a trabajar desde la 5:30 a.m. El día había comenzado bien a pesar de haber dormido sólo una hora.
Ahora tengo horas fijas para fumar: 10 a.m, 2 p.m y 4 p.m. Pero claro, hoy, hoy quise fumar a las 11:38 a.m...

... Terminando de fumar, una voz decía mi nombre, yo no la quería oír; pero alguien más la oyó y muerto del susto me avisó. ERA UN FANTASMA¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ No sé por qué, si les tengo tanto miedo, fuí hacia él y me dió un abrazo estrangulador: claro, de esos que estrangulan el corazón. Mientras me abrazaba el fantasma, yo comencé a temblar, no podía hablar, me quería safar. Yo había oído hablar a mi abuela de los fantasmas ladrones, aquellos que se sienten mejor quitando algo; pero por supuesto no dan nada. QUE TERROR.

Ahora, tres horas después aún tiemblo, no he podido comer y me duele el corazón.

Si oyen su nombre en una voz que no conocen, POR FAVOR, no le presten atención, esos fantasmas roban el corazón.